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Soy fiel creyente de que la crisis que atraviesa Venezuela ha sacado a flote lo mejor de nosotros como personas: la empatía, la bondad y la solidaridad. Me entusiasma mucho ver cómo estamos constantemente ayudando personas, sin importar sin son de nuestro entorno, o un desconocido, estamos allí aportando un granito de arena.

Para nadie es un secreto que en política muchas veces las ayudas no son del todo solidarias y recaen en el populismo; ser populista es una forma de liderazgo y de gobierno cargado de carisma, propuestas de igualdad social, y movilización popular en la cual se busca ser más agradable que otros sin que importen o atiendan a nuestras ideas, propuestas y gestiones, se recae muchísimo en el qué le damos al ciudadano y el fin, se suele considerar a estos no como ciudadanos, sino como un simple elector más al cual hay que conquistar.

Cualquier parecido a la realidad venezolana y sus líderes políticos no es casualidad, son muchos años viendo y viviendo esta forma de hacer política que hoy la mayoría de los ciudadanos decentes repudiamos; pues en parte son estos casos los que nos han arrastrado hasta la situación que hoy vivimos.

¿Normalizar el populismo y adaptarlo porque ha sido de esa forma por muchos años y porque atravesamos la actual crisis? ¡Jamás! Es inaceptable que como generación de relevo para la política venezolana toleremos convivir y mucho menos practicar acciones populistas.

En tiempos de crisis, ayudar y ser solidarios no está mal, pero ser populistas sí, ser más de lo mismo sí, actuar como los socialistas y la izquierda sí. No podemos usar ni jugar con la necesidad de las personas.

La verdadera ayuda a los venezolanos es para ser libres, no para generar dependencias ni pisotear su dignidad con dádivas, no aprovecharse de la necesidad y el sufrimiento para generar popularidad o likes en las redes sociales y terminar convirtiendo la ayuda en un show, como los que hemos visto por tantos años.

Pisotear y jugar con la dignidad de las personas es lo que hacen los populistas, y lo han hecho a lo largo de la historia los dictadores, tiranos y modelos de izquierda; hoy como generación nos toca reivindicar a la ciudadanía, la única forma de lograrlo es respetándolos como individuos, conducirlos a la libertad y su prosperidad, para que generen las riquezas y una vida digna y plena.

Solidarios sí, absolutamente. Populistas jamás.

@WilmaryMejias

Coord. Nacional de Organización

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