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¿Cómo decirle al alma que huya al monte cual ave errante? ¿Cómo decir al hambriento que calle el hambre que tuerce sus intestinos ante el vacío del vital alimento? ¿Cómo voltear la mirada ignorando la insensata acción que apaga el anhelo de alcanzar aquello que por elemental y no tenerlo, ya hace imposible la vida plena? ¿Cómo aceptar  decirle a lo bueno, malo y a lo malo, bueno?

Las interrogantes anteriores llevan a reflexionar en un aspecto conocido como: «CALIDAD DE VIDAD». Y aquí gira la meditación: ¿Quién determinó que hay que  aceptar y conformarse con no contar con la mejor producción de los bienes y servicios vitales, a saber: agua potable, empleo bien remunerado, control de inflación, alimentos y demás bienes de consumo, servicio médico hospitalario público y privado de calidad, seguridad personal, electricidad, entre muchos?

Conjuntamente con lo anterior y al observar la generalidad de la develada  historia venezolana (digo así porque pudiera ser que no toda haya sido debidamente colocada en los textos afines), surgen diversas inquietudes al denotar que dicha historia ha estado plagada de tiranos, ladrones de los bienes públicos, aprovechadores de turno y oficio, en fin de una variedad de inescrupulosos sujetos que en el devenir de las centurias que llevamos como nación y república, hicieron desastre con la administración de los asuntos del Estado, en la política, las finanzas, lo económico, lo judicial y en todo lo que alcanzó el tentáculo del poder. De tal manera que, cuando se hace mención a una determinada  realización positiva, en lo público o en lo privado, aquello es una excepción, para hacer fiesta: un logro tremendo, casi un culto, un altar aquello.

Los importantes aciertos con sus realizadores fueron generalmente silenciados y hasta desconocidos por la gran mayoría, sobre todo, por las nuevas generaciones. Una nación sin memoria de sus alcances positivos. Una nación donde el pillo con sus triquiñuelas fue exaltado. Una nación cuya historia se sigue escribiendo. Sigue la reflexión: ¿Acaso siempre será escrita así?

Asdrubal Romero Silva
Secretario político municipal – DEM Barinas