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A menos que sea algo extra-natural, nada hay imposible para quien obra con la ayuda de Dios, con optimismo y tenacidad. Y me disculpan quienes profesan una postura atea. Escribió Albert Einstein: “Detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir, encuentra a Dios”.

Lo repito hasta la saciedad aunque a muchos les parezca llover sobre mojado. Hay que transitar el camino inverso del proceso maquiavélico ideado por ateos que falsamente se abrazaban a Cristo para crear confusión, lo que nos condujo a esta terrible crisis, empezando por recuperar la producción de alimentos en el campo, -lo decía en el artículo de la semana anterior-, fue allí donde comenzaron a debilitar nuestra economía y la sociedad, hay que devolver las competencias a los dueños de predios productivos, resarciendo los daños ocasionados, devolver a las empresas privadas su libertad y seguridad jurídica, y, por supuesto, desarrollar un plan de concienciación a través de unos medios que hay que sanear y depurar (son cómplices de nuestra tragedia).

A través de los medios depurados, de las escuelas, de las universidades y de todo espacio disponible hay que hacerlo. Hay que emprender un plan urgente de sensibilización y formación de valores humanos y ciudadanos, (un poco para recordar al ilustre Arturo Uslar Pietri).

Comentaba ayer en las redes sociales una frase de Séneca: “La tristeza, aunque esté siempre justificada, muchas veces es solo pereza. Nada necesita menos esfuerzo que estar triste”. A lo que complementé con lo siguiente: Extensiva exposición y explicación para todo tipo de vicios, verbigracia… corrupción, ignorancia, miseria, y la mayoría de males sociales del orbe. Pereza es sinónimo de mediocridad.

Muchos recordarán al venezolano celebrando la gran conquista (a manera de fraude populista) al reducir el régimen la jornada de trabajo de 8 horas a 6 horas. Fue una especie de globo de ensayo y parámetro para calibrar qué tanta fragilidad poseímos como sociedad, para aplicar el resto de medidas a la medida de nuestras debilidades o en el peor de los casos, de la supina mediocridad.

No es con pereza, mendicidad y facilismo que podemos levantar a Venezuela, es con trabajo responsable de todos; debemos volver a la jornada de 8 horas diarias, y eliminar progresivamente tantas medidas populistas, será una tarea fuerte que no ha de gustar a los mantenidos que comulgan con este destructor proceso comunista, pero en la medida que vayan viendo los resultados, tendrán que modificar su mentalidad tan parasitaria.

Se me ocurre que las experiencias y testimonios de los millones de venezolanos que regresen de la cruel diáspora, servirá para elaborar esa campaña que nos sirva para reivindicarnos de tantas heridas recibidas.

Y hablando de heridas… Si hay algo que se debe de manera delicada y cuidadosa emprender como campaña nacional, es la reducción del gasto militar en armas para invertirlo en educación, alimentos y salud, y a futuro, mediante referendo consultivo, llevar a la mínima expresión las FAN hasta eliminarlas, como ocurrió en Costa Rica y Panamá. Es con trabajo, con cultura y educación, con unión, amor familiar y fraternal que se construye un país, no con amedrentamiento, con terror, ni con armas… #AbolirElGastoMilitarEnVzla, una propuesta que ya tiene tiempo circulando en las redes.

Y de momento dirán que es un sinsentido lo que planteo, pues hay quienes prefieren vivir medrando y continuar lamiendo sus miserias.

Finalmente, y sin olvidarlo, recobrar nuestra fe cristiana que fue de forma diabólica con superchería y prácticas de magia negra, debilitada, era uno de los objetivos que se propuso esa farsa revolucionaria.

Colofón: Dios nos permitirá colocar a Venezuela en la senda del progreso que nunca debimos abandonar. Me respondo a mí mismo: ¡Amén y amen!, con y sin acentuación también, sin acento… que sea un hermoso parabién.

Hermes Varillas Labrador
Coordinador municipal de Formación de Cuadros – DEM Alberto Arvelo Torrealba (Sabaneta de Barinas)