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Viendo los últimos acontecimientos en Bolivia, y analizando la tiranía de las masas equivocadas, que por la vía democrática tienen el poder de elegir a populistas, socialistas y líderes con dobles agendas, es necesario blindar la República y evitar la vulnerabilidad de los poderes públicos e instituciones.

La Constitución del 99 parece ser una concesión de poderes ilimitados al Estado, esta se presenta con una narrativa que confunde y manipula a la ciudadanía, haciéndole pensar que le otorga soberanía y poder ciudadano a la sociedad, siendo esto realmente un arma de doble filo para la nación, pues los poderes públicos tienen es una aparente autonomía, las instituciones terminan operando de forma centralizada y a merced del gobierno, sin crear pesos y contra pesos entre los mismos.

Post elecciones en Bolivia, podemos concluir que fue este escenario una gran lección para América Latina y especialmente para Venezuela, pues desmontar criminales del poder no es suficiente para blindar la República, la libertad y la misma democracia, detrás de líderes perversos siempre se consolida un sistema político y jurídico estructurado por ellos mismos para darle aparente legitimidad a sus acciones descabelladas, por eso es menester que miremos más allá del rescate de la democracia y entendamos que el principal legado macabro del ex-presidente golpista y socialista Hugo Chávez era el aniquilamiento de la República, la centralización del poder y el control total del mismo, por eso la transición en Venezuela no puede ser tomada a la ligera, pues más allá de desalojar al régimen y recuperar la democracia, debemos cambiar las reglas del juego, blindar la República, limitar al Estado y empoderar realmente al ciudadano y esto pasa por desmontar la destructiva Constitución del 99.

 

Politóloga. Mercedes Ramirez