Indistintamente de los resultados electorales en Estados Unidos de América, los fenómenos suscitados a partir de dicho evento, han puesto en evidencia el grado de vulnerabilidad en el que se encuentra la nación del norte; no obstante, su avance y poderío en otras áreas, como lo científico, tecnológico, militar, el deporte, entre otros.
Algo así, como el decir de algunos jóvenes actuales: «¡Se le está viendo la sangre al héroe!». Es probable que por la mente de muchos jamás haya cruzado la idea de ver a los Estados Unidos atravesar este mar de confusiones relacionado con presunto fraude electoral: -¡¿En los Estados Unidos?! – ¡Por favor! – Eso ocurre en esos países «subdesarrollados», tercermundistas, donde la democracia no suena ni en la idea de quienes anhelan reconocimientos de derechos ni mucho menos de las garantías a los bienes de tutela! – ¡Pero, en Estados Unidos nunca! – ¡Esa gente si sabe lo que es democracia!-
La realidad dice otra cosa. Considerando, por una parte, la certeza del importante nivel de desarrollo en diferentes aspectos de la vida en los Eatados Unidos, por otra parte, hay que determinar que el inframundo criminal en cada una de sus manifestaciones, no duerme ni tiene descanso.
Los criminales siempre están al acecho preparando y ejecutando lo único que saben hacer: DAÑO. De modo que el individuo, grupo humano o una sociedad entera, por lo muy plena o satisfecha que se sienta, le está negado bajar la guardia, vale decir, descuidar sus intereses. Hacer esto, es servirle la mesa a la criminalidad que se desplaza como león rugiente buscando a quien devorar, aprovechando los niveles de vulnerabilidad del agente bajo acecho.
También es de destacar que, a través del auge del cine, en los Estados Unidos han sido llevados al campo del espectáculo cinematográfico y televisivo innumerables acontecimientos, reales o ficticios, relacionados con acciones criminales de diversa indole: contra las personas, la propiedad, corrupción de funcionarios públicos y su entorno criminal, en consecuencia, drogas, pornografía, terrorismo, guerras, tráfico de personas y de órganos humanos, entre muchos; con lo cual, de alguna manera se puede llegar a la plantear que, bien sea visto en una película o bien se esté viviendo cotidianamente, tales fenómenos sean apreciados como algo normal, surgiendo y deaarrollandose en la gente una especie de aceptación o conformidad al punto de la insensibilidad. Esto es extremadamente grave.
En orden a lo dicho, hay que concluir que el mundo criminal en su inframundo no escatima en organizarse y estructurarse para dar el zarpazo a la primera potencia del mundo. Para llegar a esto se esforzó en concebir y desarrollar las estrategias capaces de aprovechar la vulnerabilidad de su objetivo, más aún, cuando este representa el poder fáctico demoledor que comprende los Eatados Unidos de América. Todo al estilo de la película de Hollywood jamás imaginada y llevada a la pantalla, mientras el resto del mundo se encuentra entretenido ignorando de capacidad de organización y agresividad letal del enemigo.
Este no tiene escrúpulos para integrar sus capacidades y su fuerza maligna. Desde esta pequeña baldosa cuadrada observo que los Estsdos Unidos de América ya no se encuentra bajo amenaza, ya este nivel pasó. En ese sentido, se puede apreciar que ya dicha nación se encuentra atrapada por la criminalidad del inframundo que emergiendo de su infierno viene ganando importantes territorios en el globo terráqueo. Quien se cierre a no verlo que haga como el avestruz. Los malos ya están aquí en la superficie dispuestos a todo.
Por su parte: ¿Qué harán los buenos?
Asdrubal Romero Silva
Abogado, Msc. en Ciencias Penales
Secretario político municipal – DEM Barinas
@AsdrubalRomer16