Cuando tengo electricidad escribo desde Maracay, aquí donde una vez fue Venezuela, antes de ser ocupado por narcoterroristas. A veces la reconozco, pero vivir aquí es como emigrar, pero sin los privilegios que conlleva, adentro o afuera ya no es Venezuela.
Mis amigos se marcharon en busca de cumplir los sueños que aquí les arrebataron pero se quedaron los recuerdos, miembros de mi familia se fueron y el amor prevaleció, las calles ya no están tan llenas de gente pero si de mentes muy grandes que necesitan ser escuchadas. Las universidades cada vez tienen más calidad en individuos, porque entre las razones para no estudiar, está él que estudia porque realmente quiere. Y ahora, no solo por querer necesitamos que reaperturen las universidades, el país necesita continuar. Necesitamos recobrar la vida que se llevaba en las universidades, la actividad económica en todos los sectores pero sobre todo en la educación universitaria.
Los estudiantes universitarios llevamos en cada libreta un peso descomunal: seguir intentando sacar adelante a un país entero que necesita de la educación. Emigrar para nosotros no es una opción, porque si bien afuera están los amigos pero no está el tiempo, está la familia pero incompleta, las calles están llenas de gente pero prevalece la realidad: todos sabemos que no es lo mismo y aquí tampoco lo es, pero mientras podamos hacer vida desde nuestro entorno, lo haremos y así seguir luchando por construir un país donde la libertad no resulte mucho que pedir por parte de los jóvenes que no son culpables de lo que pasó hace más de veinte años.
Ha pasado el tiempo dentro de una lucha constante, los planes no salieron como se plantearon al principio, y es que ¿Quién puede planear realmente en socialismo? Cuando tus objetivos están sostenidos a la esperanza y sin embargo, todo este tiempo sirvió para aprender muchas cosas, entre esas constancia y dedicación, que no solo representan al estudiante, sino al venezolano en todo el territorio nacional que sigue firme en busca de la tan desea libertad.
No se puede ceder espacios. Cada realidad de los venezolanos es diferente y la mía es seguir luchando por la libertad de Venezuela desde la universidad, desde el estudio, seguir formándose y sosteniendo con la mano derecha la solidaridad organizada de cada ciudadano dispuesto a ayudar al que más lo necesite, hacerle frente a un régimen que nos quiere desesperanzados, vacíos y sin ánimos de continuar. Que quiere nuestras universidades vacías, un pueblo ignorante, y sin oportunidades de aprendizaje para así, adoctrinar a los estudiantes con cada reforma socialista que nos atacan
Justo ahora, no importa donde estés geográficamente, quédate en Venezuela, quédate en el recuerdo del venezolano bueno que ahora está repartido por todo el mundo, quédate con los niños que crecerán con la sed más grande de libertad. Quédate con la universidad, con el estudio, quédate con la formación. Churchill dijo “soy optimista porque no tiene sentido ser otra cosa”. No perdamos la esperanza, no perdamos las ganas de sacar adelante un país con tanto potencial, recuperemos Venezuela, para los que están adentro y para los que están afuera. Todos lo merecemos.
@MariaFAllocca