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(Barinas. 29/11/2020) Es muy doloroso ver como nuestra Venezuela se va quedando vacía con tantos connacionales, que de todas partes del país, intentan llegar a la frontera con Colombia o Brasil; en esta nueva ola de la diáspora, que es vista como un gran problema en los países de destino, ellos huyen por la compleja crisis social impuesta por el régimen de Nicolás Maduro.

El mismo que se burla en cadena nacional al decir que “es montaje de la derecha” latinoamericana, pero la verdad es que nuestros hermanos venezolanos emprenden un viacrucis en sus estaciones de dolor, llevan a cuesta sus pequeños hijos, sin poder ni comer, y lamentablemente, hasta morir en el camino.

Prefieren escapar de una muerte segura, ellos salen despavoridos de un país que no les ofrece soluciones. Prefieren verlos tirados a lo largo del camino, a orilla de las carreteras donde miramos en sus ojos el dolor, quema el alma de cualquiera ¿Cuántas lágrimas acompañan el periplo de nuestros muchachos que duran semanas y meses caminando para llegar a su destino? Mientras tanto recordemos que dejar el país no es fácil, ni cuando te vas felizmente.

Nuestra gente escapa con mucho dolor. Es como si quedaran huérfanos y no lo saben. Ninguna persona es feliz regada en otro país, sin hogar, ser refugiado es una calamidad. Ser extranjero o forastero, significa también dejar el calor de tu hogar la calidez de tu cama, para tirarse al piso a descansar y esperar un pedazo de pan. Ellos desafían todo, porque no tienen nada, el régimen les quitó todo, a lo largo de un tramo infinito, para alcanzar la libertad y una mejor calidad de vida.

Nuestra gente pasa frío, dolor y enfermedades. Ellos son, en pocas palabras, héroes. Solo le pido Dios que nos de vida para ver el cambio que merecemos, que la libertad por la que luchamos, no tiene precio ni es poco el sacrifico, que todo lo que hagamos valga  la pena por conseguirla.

Ellos merecen un país, el país que nos robaron. Es momento de poner fin a esta locura, llegó el momento de actuar  como lo hizo cada libertador en América  para ser libres. Nuestro compromiso y solidaridad con los que no tienen nada va más allá de unas palabras.

Emill Bradt Ulloa