Como es bien conocido, debido a su contenido y alcance, el concepto -LIBERTAD- es demasiado complejo para comprimirlo, y peor aún, comprenderlo en un solo sentido, sujetándolo y aplicándolo de modo caprichoso bajo alguna fórmula pseudo-ideológica, acarreando que surjan posiciones contradictorias en las que se evidencie que lo que es libertad para algunos, no lo es así para otros.
Esta realidad tiende a marcar profundas diferencias entre individuos y grupos humanos, incluso de manera masiva, pudiendo suceder que unos pocos se hagan del control de la masa poblacional imponiendo fórmulas que originan graves daños a la mayoría, sin la correspondiente reacción en contra de quien le está vulnerando su libertad.
Nos explican los expertos en estos temas, que estos fenómenos de inacción, entre otros aspectos generalmente, se producen debido a una especie de admisión, asimilación y adaptación del agente sometido. En estos casos, siguen diciendo los expertos que, en cuanto al sujeto vulnerado pudieran estar interviniendo a nivel de su voluntad una variedad de factores de extrema complejidad que apuntan a otro fenómeno al cual ya se le ha colocado la denominación del SÍNDROME DE LA ESPERANZA ADQUIRIDA, y esto, a propósito que, no obstante estar los seres humanos dotados de la capacidad de hacer, en muchos casos se espera que otro haga por mi lo que por naturaleza debo procurar y alcanzar como lo es, vivir en libertad.
En orden a lo anterior, sin ánimo de pesismismo o fatalidad, más por el contrario, en el interés de animar reacciones positivas en procura de alcanzar esa voluntad consiente que lleva a la libertad, cabe introducir aquí el ya también conocido relato del síndrome de la rana hervida, donde se describe que “si una rana se pone repentinamente en el agua hirviendo, saltará, pero si se la pone en el agua tibia que se lleva a ebullición lentamente, no percibirá el peligro y se cocerá hasta la muerte”. Como se puede apreciar se trata de una metáfora de “la incapacidad o falta de voluntad de las personas para reaccionar o ser conscientes de las amenazas siniestras aplicadas gradualmente.
En definitiva, vale destacar por otra parte, que especialistas del campo psico-social y de la educación nos enseñan que, entre múltiples aspectos, la vida humana puede conjugarse, entre muchos verbos, destacando aquí los siguientes: SER, ESTAR, HABER, TENER y HACER.
De este modo, cada humano debe tener consciencia de su SER en cuanto a la capacidad de adquirir y disfrutar de los bienes que por naturaleza le pertenecen, destacando el «don de la libertad», ESTANDO convencido que dicha capacidad se ejerce por HABER sido dotado con ello de la razón de obrar con el fin de TENER y alcanzar bienes favorables para si, su entorno y el todo social, HACIENDO de su SER un factor de intervención en función del desarrollo y progreso.
Como aspecto final es importante destacar que, aunque suene teórico y retórico, nos corresponde poner la palabra debida en su sitio con el propósito de recoger y mostrar algunos aspectos orientadores en procura de la anhelada libertad consciente.
Asdrúbal Romero Silva
Abogado, Msc. en Ciencias Penales
Secretario Político Municipal – DEM Barinas
@AsdrubalRomer16