«No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo», poderosa frase de quien es considerado uno de los físicos más importantes del siglo XX, Albert Einstein. Y su significado debe trascender en cada uno de nosotros, porque estoy convencido que los venezolanos merecemos un mejor país, pero para eso también debemos cambiar y convertirnos en verdaderos ciudadanos.
La Constitución nacional establece que todos los venezolanos somos iguales ante la ley, y que solo se nos dará el trato de CIUDADANOS, por lo que una de la principales tareas es empezar a educar a ese mal llamado «pueblo», término que es usado para denotar una popularidad entre los políticos y otras personas que de manera peyorativa lo usan para hacerle ver hacia quienes se dirigen, que ellos si los toman en cuenta, cuando es todo lo contrario, ya que se han aprovechado de ese «pueblo» por muchos años, y siempre tendrán como prioridad mantenerlos ignorantes.
Necesitamos convertirnos en ciudadanos, y una de nuestras tareas principales es empezar a respetar las leyes, desde la Constitución hasta las ordenanzas municipales, todas establecen la manera que debemos de comportarnos ante la sociedad.
Tenemos que empezar a cambiar nuestra mentalidad, cambiar viejas costumbres, como esa de pasarse la luz roja de un semáforo si no hay nadie, o el botar basura en las calles, por el hecho que no pase el camión de aseo o porque es tarea de la Alcaldía mantener las calles limpias.
Es innumerable la cantidad de atrocidades que vemos a diario en nuestras ciudades y que se hacen costumbre; cosas que cuando pasan son parte de lo cotidiano, ver a los motorizados que no respetan las señales de tránsito o andan por donde les provoque, organismos policiales cometiendo faltas de tránsito porque ellos son «autoridad», y ni hablar de la corrupción en las organismos públicos, pues hay que pagar un peaje si queremos que los documentos te salgan más rápido.
Llevamos más de 20 años enfrentados a un sistema socialista criminal, que se ha empeñado en mantener a los venezolanos controlados, sometidos mediante el control con el hambre, lo que ha generado un alto grado de descomposición social, el cual será difícil pero no imposible de cambiar.
La tarea es compleja, pero el venezolano es admirable, es noble, es trabajador, es comprometido a salir adelante, y eso es en lo que nos debemos enfocar, en todas las virtudes ciudadanas que nos hacen ser diferente y que nos permitirán salir de las adversidades.
Venezuela será libre, y sus ciudadanos tendremos la responsabilidad de convertirla en una verdadera TIERRA DE GRACIA.
«Yo quiero vivir libre y morir ciudadano» Carta de El Libertador Simón Bolívar al Gral. Santander, 20 de diciembre de 1824
César Tablante Serrano
TSU en Contaduría Pública
Coordinador de Comunicaciones de Vente en el estado Barinas
@cesartablante