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La mayoría de las personas nos preguntamos ¿Cómo es posible que en un país donde el salario mínimo no llega a 2 dólares mensuales, donde los pensionados cobran mensual menos de 1 dólar, los venezolanos podamos pagar los servicios públicos en precios practicamente dolarizados? Esta interrogante que nos hacemos día a día, es consecuencia de hacia donde el socialismo nos ha llevado.

Más de 20 años en el poder del régimen han hundido al país en una crisis compleja y sin precedentes, un Estado fallido que perdió la capacidad de garantizar el bienestar de sus ciudadanos, debido a la ineficiencia, a los controles de precios, a las expropiaciones de empresas productivas, la destrucción del aparato productivo y de las empresas públicas de la nación, es parte de lo que hoy nos toca enfrentar.

Servicios públicos como el agua, electricidad, gas, aseo urbano, internet, telefonía residencial y celular, se han visto afectados en su mayoría por esta situación inducida y provocada, con la firme intención de mantener a los ciudadanos sometidos bajo el control del papá Estado, que es quien les puede dar o quitar a su antojo estos servicios.

Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) hubo 5.905 protestas a nivel nacional por las deficiencias en los servicios básicos en 2020​, esto fue una realidad que vivimos cada uno de los venezolanos con temas como la escaces de gas domestico y la  gasolina.

En el caso de la gasolina el régimen se vio en la necesidad de importar combustible de Irán, para poder cubrir parte de la demanda nacional, ya que la destruida PDVSA no tiene la capacidad operativa para producirla. Y con esto empezó a dolarizar parte de los servicios que brinda el Estado, colocando el litro de gasolina en 0,5 Dólares, que no todos los venezolanos podemos pagar.

Otra de los servicios que representó un caos el año pasado para las familias venezolanas fue el gas doméstico, donde más del 80% de los hogares duraban en promedio 3 a 6 meses para reponer una bombona, la Planta de Fraccionamiento en el Complejo Criogénico Jose, en Anzoátegui, es la única que actualmente produce el gas para ser distribuido a nivel nacional, y no tenía la capacidad para cubrir la demanda.

Irónicamente a finales del año pasado se instaló en Barinas, una empresa privada de gas -de uno de los tantos enchufados del régimen-  y ofertaron el servicio en 35$ la bombona y 5$ la recarga, pero fue tanta la presión mediante las denuncias ciudadanas, que no les quedó otra que supuestamente hacer un decomiso de lo que la empresa estaba ofreciendo, encontrándose que existían más de 1.000 cilindros con las marcas de Gas Comunal.

Ahora el régimen, que siempre controla los precios, ha impuesto nuevos costos para el servicio de gas doméstico, y vemos casos en Barinas como en el Urbanismo Ciudad Varyna, que tiene el servicio de gas directo por tubería, los hogares tienen que pagar entre 2 y 3 recargas mensuales a un costo de 1 dolar por casa aproximadamente. Cuando se multiplica este monto por las más de 12.000 casas que existen allí, entendemos el negocio redondo y conseguimos la respuesta al por qué ahora sí hay gas, cuando hace menos de 6 meses les surtian el gas cada 15 días.

El ciudadano siempre es el que lleva la peor parte en estos negocios turbios del régimen, el socialismo siempre tendrá como fin, mantener al individuo en la miseria, y que dependa del Estado para poder vivir.

El venezolano se ha tenido que ingeniar para generar más ingresos, que le permitan acceder a los servicios básicos, cada día los recibos se incrementan y mes a mes le toca ver de dónde saca, en muchas ocasiones simplemente dejan de disfrutar de servicios, como por ejemplo la televisión por cable, la telefonía celular, el internet, entre otros por qué prefieren comprar una bombona de gas, o poder surtirse gasolina a su vehículo.

Los servicios públicos deben ser privados, pero para que exista una gestión eficiente y los ciudadanos disfrutemos un servicio óptimo y de calidad. Para ello, debemos sacar de raíz al socialismo y en libertad, transformar a Venezuela en una Tierra de Gracia, un país que sustente su avance en torno al libre desarrollo de sus ciudadanos.

Solo allí, cuando los venezolanos ganemos bien, que nuestros ingresos sean de acuerdo al trabajo, a nuestro nivel de estudios, al esfuerzo individual, allí realmente estaremos en capacidad de pagar por buenos servicios y tener una verdadera calidad de vida.

César Tablante Serrano
TSU en Contaduría Pública
Coordinador de Comunicaciones de Vente en el estado Barinas
@cesartablante