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El venezolano, desde hace muchos años -mucho antes de la entrada al poder por parte de la tiranía socialista-comunista, sabía lo que era un inmigrante y un exiliado, aún no siéndolo.

Desde los años 50 -mayormente- su población vió como el país recibía personas provenientes de todo el mundo, por diversos motivos, desde guerras hasta problemas económicos, pasando por persecuciones políticas e inseguridad. Para muchos fue normal estudiar con descendientes o nacionales de China, Medio Oriente (diversos países), ¡Italia, España, Portugal, Croacia, Yugoslavia, Eslovenia, Colombia y hasta de Belice -tal vez me estoy saltando algunas nacionalidades-; muchísimas más partes del mundo, que de mencionarse, el artículo sería muy largo.

Les puedo decir con certeza, que al menos un nacional de cada país de Latinoamérica, establecidos como residentes, conocí en Venezuela (de todos los países de Sudamérica, sin excepción). Lo que no era conocido es la xenofobia, ni el racismo, estos son dos términos que eran INEXISTENTES en el argot y vida cotidiana del venezolano, pero que hoy en día es principalmente el venezolano, quien lo conoce más que nadie, y no solo por teoría sino por experiencia, a quien le ha tocado emigrar a otras regiones, no por elección sino por desesperación, por el desastre económico creado por el Narco régimen, y otros por persecución política buscando seguridad en el exilio.

Como quiera que sea, solo puedo afirmar algo, el venezolano no era migrante, el venezolano -en mayoría- era feliz en su país, y aunque hubo gente que emigró en los tiempos dorados de Venezuela, lo hizo por decisión espontánea, porque quería experimentar a otro nivel, tenía una oferta de trabajo, oportunidad de estudios o sencillamente decidió hacer una nueva y diferente vida, pero NO por necesidad.

¿Cómo culpar al que deja el país en búsqueda de no morir por todas las razones que envuelven el bucle diabólico instaurado por los que hoy usurpan el poder en Venezuela? El venezolano no emigra sin razón, no emigra por «emigrar» sino porque existen causas que lo sobrepasan y no ven ninguna otra salida.

¿Quién en la comodidad (relativa o plena) que poseía en Venezuela se hubiese atrevido a caminar hasta Perú?, ¿Quién se hubiere lanzado al agua en una balsa con el riesgo de morir para llegar a Trinidad & Tobago?, ¿Quién con un título universitario, y todo el esfuerzo que conlleva lograrlo, se hubiese ido de su país a vender golosinas en las calles de otro país?

Para tener una solución a esta problemática hay que atacar el problema de raíz, y el problema de Venezuela tiene una sola solución: Una Operación de Paz y Estabilización (OPE) conformada por una coalición internacional que ayude a sacar a quienes hoy usurpan el poder en Venezuela, y después de una eventual salida de esos personajes es que se puede empezar una nueva Venezuela, toda acción distinta a esto son meras formalidades.

 

Abogado Juan M. Tesorero

@juantesorero

Coordinador de Vente Alabama