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Hoy en día las políticas públicas liberales han brindado frutos muy dulces a sociedades que durante muchos años lamieron ramas muy amargas. No es un proceso fácil para nadie donde los factores clave son la determinación y la austeridad.

Los antecedentes de éxito son muchos, me atrevo a señalar a Estonia, a Corea del Sur e inclusive a Alemania Occidental como casos puntuales, públicas son sus estadísticas, su historia y los resultados, son claros como el agua.

En consecuencia, el liberalismo no es una utopía ya el siglo XX no sólo sirvió para demostrar el fracaso del comunismo sino también para que diversos estudiosos desarrollaran las teorías liberales que los políticos de la época tuvieron la sapiencia de aplicar en sus respectivos gobiernos, y que como mencioné anteriormente, hoy gozan de prosperidad.

A diferencia de los socialistas que sólo buscan cultivar la miseria y a través de esta el control social, nosotros los liberales somos amantes del conocimiento, porque el conocimiento es libertad.

Por otro lado, sostengo que la igualdad de oportunidades si es una utopía, y eso es una verdad irrefutable.

Nosotros debemos superar esas promesas vacías y enfocarnos a trabajar en función a la certidumbre. No se trata de “igualdad de oportunidades”, se trata de “igualdad de condiciones” y esta igualdad de condiciones sólo podrá ser lograda con un conjunto de reglas claras, sencillas, coherentes e impartidas igualitariamente entre todos, es decir, un Estado de Derecho real.

Un Estado de Derecho orientado a que el individuo sea capaz de luchar por su propia felicidad, en lugar de que esta la determine un Presidente o un Ministerio. ¡Basta de Gobiernos Colectivistas!

Un nuevo Estado de Derecho que permita el funcionamiento de un Gobierno Federal que dé importancia a la autogestión de cada municipio del país, por más pequeño y alejado que este esté de la ciudad capital.

En fin, un Estado de Derecho donde la Ley no sea letra muerta. La Venezuela liberal que vamos a construir será un lugar donde los ciudadanos no sientan temor por los delirios de un Presidente sino por las leyes de la República, pero al mismo tiempo sientan confianza en un sistema legal justo que responda a sus necesidades de manera diligente y oportuna.

Por otro lado, la actividad emprendedora de los particulares y la propiedad privada, deben ser aliados naturales de la Administración Publica, tal como lo señala Tomás Arias Castillo en nuestra publicación fundamental “Se Trata de la Libertad”. Porque la Propiedad Privada además tiene una función social que jamás podrá ser satisfecha por el Estado y su gobierno, la propiedad privada profundiza la libertad del individuo frente a las circunstancias, pero también genera empleo y prosperidad.

Mario Vargas Llosa coincide con nosotros en cuanto a que la propiedad privada y el Estado de Derecho son elementos fundamentales de la libertad. La concepción liberal del Gran Vargas Llosa también ilustra las libertades políticas y económicas como valores inseparables, indivisibles.

Entonces, un gobierno que ejerza una democracia real y que incentive el libre mercado, en consecuencia, está trabajando por la libertad.

Sin embargo, no se puede decretar o regular a la naturaleza porque sí, la economía es un evento de la naturaleza.

Un fenómeno natural donde el orden espontáneo siempre impera, y eso significa que podemos gestionar la incertidumbre.

Nuestra prioridad debe ser el crecimiento económico de todos los sectores del país apostando así por la verdadera riqueza de Venezuela que no es el petróleo, ni el oro, ni el coltán, ni tampoco sus playas; La riqueza de Venezuela es esa venezolana que madruga todos los días, a las cinco y media de la mañana para brindarle un mejor futuro a sus hijos a punta de su trabajo.

El Petro-Estado Paternalista se acabó, el panorama político global apunta cada día más a las energías renovables. Es por eso que debemos innovar y propiciar así un crecimiento vertiginoso del sector privado que necesite con urgencia a esos valiosos venezolanos que con su trabajo duro nos ayuden a reconstruir el país.

Debemos desmontar los procesos y protocolos burocráticos para incentivar la creación de nuevas empresas que nos ayuden progresivamente a reducir el tamaño de la nómina del Estado. Y apuntar así a un Gobierno Limitado que no pretenda controlar cada aspecto de la vida de sus súbditos, ni mucho menos chantajearlos por una bolsa de comida, sino que propicie las condiciones para que los ciudadanos sueñen, aspiren, crezcan.

Un Gobierno Limitado que se destaque por su eficiencia, innovación y facilidad a la hora de realizar cualquier gestión o tramite. Existen hoy en día países donde registrar una empresa es tan fácil como abrir un perfil en Facebook. Así que, venezolanos, seamos tan grandes como las circunstancias lo ameritan.

Óscar Sjöstrand- Arvelaez

Coordinador de Formación de Cuadros de Vente Venezuela en el municipio San José de Guaribe del estado Guárico.