No deja de impresionar cómo la jerarquía del régimen -desde sus inicios- proyectó destruir, entre otras, las estructuras sociales, territoriales, históricas, educativas, jurídicas, políticas; así como las costumbres enmarcadas en el amplísimo acervo patrimonial cultural derivado de la inserción de Venezuela en el hemisferio occidental, con lo cual pretenden lanzar a la venezolanidad por el oscuro hueco de un vacío sin precedentes de ningún tipo en nuestra nación.
Como evidencia de lo apuntado, es de observar el inicio de la exposición de motivos de la ley de las ciudades comunales que actualmente se encuentra a punto de ser aprobada en la ilegítima Asamblea Nacional, donde los pseudo asambleístas se dicen estar cumpliendo lineamientos de su fallecido líder en la construcción del socialismo, acotando que en este «momento histórico» ese es el deseo de la gente.
Vaya usted a pensar y creer que en Venezuela había que aplicar un asunto llamado socialismo-comunismo producto de la disociada mente de un tal Carlos Marx, sin ninguna base teórica científica donde lo más evidente es que quienes y donde lo han implementado han tenido que recurrir a la destrucción de todo cuanto existe en el pobre país escogido.
De hecho, la realidad dice que prácticamente nadie, de manera espontánea y libre, desea ir a vivir a Cuba, Corea del norte, China, Rusia y ahora -por desgracia- VENEZUELA, con el fin de alcanzar prosperidad o en fin el desarrollo personal para si y su familia.
Respecto a esto, es notorio que la mayoría de la gente que busca mejores condiciones de desarrollo humano lo hace en y hacia Occidente y esto porque es en este hemisferio occidental, donde se fundaron las bases del desarrollo humano en función del consono aprovechamiento de los recursos representados por bienes y servicios en un marco de tutela y garantía del ejercicio libre de la personalidad, resultando evidente que para este fin el régimen político idóneo se corresponde con el sistema democrático donde los principios inherentes a garantizar la libertad de desempeño se encuentra garantizado por un Estado sujeto al imperio de la ley que respete y proteja al ciudadano responsable de su compromiso con el conglomerado.
En refuerzo de lo anterior, hago breve referencia a aspectos acotados por el autor Max Weber en la introducción de su obra «La ética protestante y el espíritu del capitalismo» (edición original 1904-1905) al hacer referencia al valor del patrimonio universal del hemisferio occidental en la humanidad donde Venezuela nació y se insertó como país libre y soberano:
«Únicamente en Occidente existe «ciencia» en esa etapa de su desarrollo que hoy se acepta como «valida».
Indica dicho autor que si bien en otros lugares del hemisferio oriental ha existido el conocimiento empírico, la reflexión sobre los problemas del mundo y de la vida, el conocimiento y la observación de manera extraordinaria, en muchos casos adolecen de la racionalidad aportada por los griegos. A la astronomía de oriente le faltó el fundamento matemático de los griegos.
A la geometría india le faltó la «demostración» racional también de los griegos quienes también fueron creadores de la mecánica y de la física. En las ciencias naturales, la medicina, biología, bioquímica fue en occidente donde surgió la experimentación racional y el laboratorio moderno.
Por su parte, la ciencia jurídica racional se origina en el Derecho Romano y del Derecho Occidental que se formó a partir de este. En definitiva, el cultivo sistematizado y racional de las especialidades científicas, asi como el profesional experto solo se ha dado en Occidente, sobre todo, el funcionario especializado, «esa piedra angular del Estado y de la economía moderna occidental».
Del mismo modo, apunta Weber que: «El Estado mismo, como institucion política con una «constitución» racionalmente establecida, con un derecho racionalmente estatuido y con reglas racionalmente determinadas- las leyes- orientadoras de una administración a cargo de funcionarios profesionales; es algo que, …, solo ha conocido el Occidente en esta combinación de características decisivas que son esenciales para lo occidental.»
Con lo expuesto aquí se busca develar los profundos asideros de nuestra existencia en cuanto a los fundamentos racionales que han sostenido a Venezuela como nación y República, para que en la actualidad una pandilla de trasnochados con «revoluciones bolcheviques ruso-soviéticas» y «racias criminales chinas», ambos experimentos comunistas fracasados de otros mundos, hayan metido a Venezuela, un país inserto en el corazón tropical del hemisferio occidental, por el oscuro y vacio hueco de la desgracia que hoy se padece.
Asdrúbal Romero Silvab
Abogado. Msc. en Ciencias Penales
Coordinador Estadal de Formación de Cuadros de Vente Barinas
@AsdrubalRomer16