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2020MéridaOpinión

El Acuerdo de rendición para la salvación del chavismo – Por Adrián José Albarrán

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Nadie esperaba que aquella ruta del coraje que se planteó en 2019 -con la intención de escalar en posiciones, presiones y acciones para materializar el petitorio de la sociedad venezolana- traducido en cese de usurpación, gobierno de transición y elecciones libres, terminaría en un caducado gobierno interino planteando un “Acuerdo de Salvación Nacional” que lo que representa es la rendición. 

El solo ver el planteamiento de negociar sanciones por elecciones, en un país donde no existe soberanía nacional ni Estado de Derecho, expone a este acuerdo no solo como una traición más a los venezolanos, sino que representa la derrota vergonzosa de quienes hoy se tuercen por tener un cargo de alcaldía o gobernación en donde ni siquiera ejercerán poder real. 

Lo sabemos muy bien: NO son elecciones lo que ellos plantean, son asignaciones acordadas mediante una serie de puntos a cumplir en donde el gran ganador resultaría ser el régimen chavista.

Las maniobras en marcha por parte de las mafias, en donde por un lado ofrecen dinero, por otro canjear presos políticos por postulaciones electorales, e incluso “promesas” absurdas como las de eliminar la figura del protectorado como una especie de demostración de “garantías”, más que un hecho infame, es la demostración completa y total de que el chavismo es el gran beneficiado. 

La dirigencia opositora tradicional ha dedicado su esfuerzo a engañar a la comunidad internacional para obtener apoyos necesarios y, así llevar adelante su acuerdo adornado en un discurso que sólo pueden comerse los ingenuos, pero está claro que este acuerdo no es otra cosa que la rendición de los cobardes, la solución acomodaticia de las cúpulas pseudo opositoras  y el intento burdo de lavarle la cara al régimen chavista, en el que hoy recaen las más viles denuncias de crímenes de lesa humanidad, procesados hoy por la corte penal internacional.

Ante esto nos encontrarán de frente, como la voz de la Venezuela que no baja la cabeza, la Venezuela profunda a la que ya no engañan, la que no será partícipe de su acuerdo de rendición para la salvación del chavismo nacional.

 

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