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En medio de tantas tormentas atmosféricas, estamos presenciando además en Venezuela, en los últimos días, una tormenta política que se ha generado por el desespero de las élites partidistas de la mesita, el alacranato y la más reciente, la del G4 -conformado por AD, PJ, UNT y VP- por participar en unas elecciones, según ellos, para ocupar algunos espacios de lucha y preservar otros. Los miembros de este último grupo habían anunciado reiteradamente que ellos decidirían su participación electoral, solo si se desprendían condiciones favorables para unas elecciones limpias, producto de los acuerdos de la mesa de negociación llevada a cabo en México.

Aún no se han dado a conocer tales resultados y ya se pronunciaron de la manera más descarada y vil para con esa parte del pueblo que les ha venido acompañando en esta dura lucha. Por supuesto, el régimen ha puesto su condimento y a través del CNE, anunció la culminación del período de inscripción de candidaturas para el pasado 29 de agosto, lo que aumentó la presión y el desespero del G4 y el día martes 31 anuncian con gran desparpajo su participación en la farsa electoral del 21N.

Como lo he señalado en uno de mis tuits, luego de la caída de caretas en Venezuela por parte de una de las últimas trincheras de lucha, como lo fue el G4, se erige un liderazgo imperturbable, carismático, firme, con principios y valores encarnados en una valiosa mujer; con un proyecto político muy sólido que ha ofertado infinidad de veces a los venezolanos y que creemos, se convertirá en el último reducto de una auténtica oposición que luchará por defender la libertad y la justicia, así como el bienestar de los ciudadanos, sin distingos de ninguna naturaleza.

Muchos ojos voltearán hacia ella. No se ha doblegado, no se ha rendido, se ha constituido en todo un referente nacional dentro y fuera de nuestras fronteras, con un proyecto, como lo dije anteriormente, muy sólido, que contempla una economía moderna y liberal gestionada por los mejores, en donde cada individuo no tendrá necesidad de las dádivas del Estado, si no que podrá conformar su base de riqueza en su propio esfuerzo productivo, con un Estado minimizado quien se encargaría en parte de facilitar los mecanismos adecuados y expeditos para la consolidación de empresas, la creación de otras nuevas y en consecuencia, la generación de empleos dignos y estables. Esta mujer no es otra que María Corina Machado. Ella ya había anticipado que los otrora partidos de oposición del G4, después de haber desaprovechado momentos estelares de la lucha política en contra del régimen, cederían y buscarían cohabitar con el chavismo, no se equivocó.

Tuvieron todo el apoyo internacional, tuvieron y usufructuaron inmensos recursos, luego de la caída en su valoración estadística, en cierto modo, y luego de un cambio en los apoyos de la UE y los EEUU, deciden darle esta inmensa bofetada a los venezolanos, tan solo con la idea de continuar despilfarrando y apropiándose de los recursos del país, tal cual lo ha venido haciendo en estos últimos años el régimen Chavo-madurista.

El diagnóstico para hoy día, debe ser el posicionamiento de un nuevo liderazgo perfilado en una mujer, que pueda trabajar en la caída de caretas, en una Venezuela totalmente destruída y arrasada, con una población empobrecida como nunca antes jamás lo estuvo.

MSc. Juan Tovar
Miembro de Vente Yaracuy