«Ay Cumaná, quien te viera y por tus calles paseara, y a San Francisco yo fuera a misa de madrugada». Dícese que esta estrofa es parte de la canción entonada por un soldado cumanés en pleno fragor de la Batalla de Ayacucho.
Haciendo un ejercicio mental de extrapolar los hechos en el tiempo y en el espacio, y suponiendo que nuestro connacional encontrara pasaje en el Plan «Vuelta a la Patria», encontrará las calles de su Cumaná convertidas en un gran charco de aguas negras.
Asimismo, su río Manzanares, protagonista de otra canción con fama internacional, «Río Manzanares déjame pasar que mi madre enferma me mandó a llamar», lo encontrará también contaminado por la permanente descarga de cloacas. No podrá refrescarse en sus aguas ni pescar camarones en su corriente.
Tampoco tendrá la oportunidad de dirigirse a Puerto España, lugar de atraque de embarcaciones de la colonia española; porque barcos…¡que vá!… ahora no llegan a traer productos europeos, autopartes, vehículos Toyota, o trigo canadiense para alimentar los molinos de Monaca, donde laboraban 400 cumaneses.
Por los momentos lo dejamos hasta aquí; y sería preferible la permanencia de nuestro coterráneo allá en las frías cordilleras sureñas, hasta tanto se ilumine totalmente la luz, la esperanza; un verdadero camino hacia la libertad, guiado por la mano, organización, fortaleza y sabiduría de una venezolana excepcional, como María Corina Machado.
Cristian Silva Potellá.
Coordinador de Comunicaciones Vente Sucre.