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Ideas Liberales

La corrupción es un tema que afecta a muchos países en todo el mundo y tiene consecuencias negativas en el bienestar de la población. Sin embargo, en el caso de Venezuela ha sido verdaderamente devastadora. Ejemplos como la trama de corrupción «PDVSA-Cripto» en Venezuela, que involucró a altos funcionarios del gobierno y empresarios para desviar millones de dólares, destacan la necesidad urgente de abordar la corrupción. Por ello, es crucial que el próximo gobierno que surja a partir de la derrota de Maduro y desmontaje del sistema socialista implementado por su régimen y colaboradores, se enfoque en la recuperación del Estado de derecho, fortalezca la transparencia y promueva la rendición de cuentas.

Según el Índice de Percepción de Corrupción (IPC) 2021 publicado por Transparencia Internacional, Venezuela ocupa el puesto 176 de 180 países evaluados. Esto significa que se percibe a Venezuela como uno de los países más corruptos del mundo, con una puntuación muy baja en términos de transparencia y alta corrupción. El IPC utiliza una escala de 0 a 100, donde 0 indica altos niveles de corrupción y 100 indica baja corrupción. En el caso de Venezuela, su puntuación en el IPC 2021 fue de solo 15 puntos, lo que refleja una situación muy preocupante en términos de corrupción en el país.

Sin embargo, la corrupción no constituye el único problema que enfrentamos. La falta de libertades, el abuso de autoridad y el incumplimiento de regulaciones y ordenanzas que afectan a la población, también generan consecuencias perjudiciales. Tomemos como ejemplo lo que ocurre en Lechería, donde la emisión de permisos y la violación de las ordenanzas de urbanismo han dado lugar a problemas como la venta irregular de terrenos privados y la validación de transacciones ilícitas en detrimento de sus legítimos propietarios. Además, se observa la destrucción del ecosistema, las frecuentes interrupciones en el suministro eléctrico y la falta de seguridad en espacios públicos. Esta falta de atención a las regulaciones no solo causa problemas tangibles, sino que también genera desconfianza en el liderazgo, lo cual dificulta la participación ciudadana en la lucha contra la corrupción y la inequidad. Es indispensable abordar estos problemas de manera conjunta, promoviendo la transparencia, la rendición de cuentas y el fortalecimiento del estado de derecho, para poner orden.

Para lograr un cambio real, también debemos invertir en educación cívica y fomentar la participación ciudadana. Necesitamos construir una sociedad honesta, justa y equitativa en la que todos seamos responsables de nuestro país. La corrupción, la pobreza y el autoritarismo tienen un impacto negativo en nuestras sociedades, y es crucial trabajar juntos para abordar estos problemas y evitar situaciones en las que se nos niegue el acceso a servicios básicos, se degrade nuestro entorno natural o se violen nuestros derechos humanos.

El régimen que actualmente detenta el poder en Venezuela encarna la corrupción y se ha convertido en una gigantesca fábrica de generación de pobreza. Para reducir estos males, es imprescindible sustituirlo por un gobierno consciente de este flagelo y dispuesto a liderar la lucha contra la corrupción y los controles y regulaciones indebidos y excesivos. Necesitamos un gobierno que esté comprometido con la transparencia, la rendición de cuentas y el fortalecimiento del estado de derecho. Un gobierno que trabaje incansablemente para erradicar la corrupción en todas sus formas y promueva políticas que impulsen el desarrollo económico y social de manera equitativa.

Es fundamental que el liderazgo político y la ciudadanía nos unamos en esta lucha contra la corrupción. Todos debemos exigir responsabilidad y transparencia a nuestros representantes, y estar dispuestos a participar activamente en la construcción de un país más justo y honesto.

La transformación de Venezuela será un desafío arduo y gradual, pero es un camino que debemos recorrer con determinación y perseverancia. El primer acto de corrupción cometido por un funcionario es postularse para un cargo para el cual no está preparado. Es fundamental elegir líderes comprometidos con el bienestar de la nación y dispuestos a tomar medidas enérgicas para combatir la corrupción. Además, resulta crucial fortalecer los mecanismos de control y supervisión, fomentar la educación cívica y promover la participación ciudadana en la toma de decisiones.

La corrupción ha debilitado las instituciones y socavado la confianza de la población. Es hora de cambiar ese panorama y construir un futuro mejor para Venezuela. No podemos permitir que la corrupción y la pobreza sigan dominando nuestro país. Juntos, podemos abordar estos problemas y sentar las bases para una sociedad más justa, equitativa y próspera.

En conclusión, el futuro de Venezuela depende de nuestra participación masiva en las elecciones primarias que se llevarán a cabo en octubre de 2023. Es crucial que todos los ciudadanos ejerzan su derecho al voto y elijan cuidadosamente a aquellos líderes que estén comprometidos con la lucha contra la corrupción y la transformación del país.

En este sentido, María Corina Machado representa la opción que se alinea perfectamente con esta lucha. Su trayectoria y compromiso con los valores cívicos y la transparencia la convierten en una candidata que busca activamente combatir la corrupción y promover un cambio positivo en Venezuela.

Al respaldar el liderazgo de María Corina Machado, estamos apuntalando a quienes se comprometen a enfrentar la corrupción y fortalecer el tejido social de nuestro país, estaremos dando un paso importante hacia la construcción de una Venezuela más justa y próspera. La elección de octubre de 2023 es una oportunidad invaluable para marcar el rumbo de nuestro país y seguir adelante en esta lucha fundamental.

¡El cambio comienza con nosotros. Vente con María Corina!

Seguimos en contacto, Dios los bendiga.


Pedro Galvis
TW / IG: @pgalvisve