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Arrancó la campaña para elegir al liderazgo que enfrentará al régimen socialista y criminal de Maduro y sus adláteres en las elecciones de 2024.

De éste régimen a estas alturas podemos esperar cualquier cosa que les permita mantenerse en el poder, sin embargo en esta oportunidad su estabilidad política es precaria, la base de apoyo popular está muy reducida a niveles de extinción y, en un intento de auto preservación, agudiza su carácter autoritario, y despliega su capacidad de abuso, intimidación, chantaje, desinformación y persecución, es natural, saben que les llegó la hora de rendir cuentas y ser castigados por lo que han hecho contra Venezuela y los venezolanos.
Por otro lado, los candidatos a las primarias afinan sus “estrategias y maquinarias”, para competir en la primaria del 22 de octubre, unos con mayor vistosidad que otros, cosa natural en una campaña política electoral. En general sus discursos han sido conciliadores y respetuosos, presentando su visión política y oferta electoral, tal como se comprometieron al momento de postularse para competir, y llevar sus opciones hasta donde quieran llegar, o hasta donde puedan hacerlo. Muy bien por todos ellos.
Considero que llego el momento de alinear la política guiados por la razón, más que por la emoción, la primaria de los factores democráticos es la oportunidad para unificar al país, los lideres estamos obligados a pregonar con el ejemplo, tanto en nuestras acciones como con nuestras declaraciones, argumentar para convencer, y descartar los insultos y descalificaciones para tratar de favorecer nuestras opciones en la contienda.

Los dirigentes políticos y simpatizantes en los estados y municipios, somos los representantes y voceros de nuestros candidatos en cada entidad, nuestro comportamiento y discurso debe estar perfectamente alineado a los de nuestros respectivos líderes, cualquier otra conducta, atenta en perjuicio a los propios intereses.
Todos tenemos nuestras propias opiniones, sin embargo, esto no necesariamente implica tener la razón y la verdad de nuestra parte; sólo el tiempo y la historia se encargará de validar o no nuestras opiniones y actuaciones. El tratar de imponer las ideas a otros, es el rasgo característico de las personas autoritarias que se creen poseedora de la razón y de la verdad, que no estiman necesario justificar su actuación y mientras manifiestan sus sentimientos de hostilidad hacia miembros de grupos a los que no pertenece.

En términos clínicos, una persona que cree tener siempre la razón, se considera como una persona con trastorno de personalidad narcisista, que sobreestima sus capacidades y valía, exagerando sus logros. Se creen mejores que los demás, únicos o especiales. Por lo general también subestimando la valía y los logros de los demás. Muy malo, porqué…

La unidad ciudadana es esencial para avanzar por la senda que nos permitirá recuperar nuestras libertades y una democracia funcional. Por ello debemos aferrarnos a la verdad y la razón por encima de la pasión y el interés. Los líderes con sus virtudes y defectos están haciendo su parte, ¿lo estamos haciendo sus dirigentes y seguidores en el resto del país y sus regiones?, eso debemos responderlo cada uno de nosotros.

Noto frecuentemente una gran animosidad en las interacciones y comunicaciones digitales que se producen diariamente en los grupos de WhatsApp y en las Redes Sociales, cada uno de nosotros los habitantes de esa esfera virtual debe ser el juez de sus propias actuaciones. La tragedia que estamos enfrentando en Venezuela, requiere ejercer nuestras limitadas libertades con gran responsabilidad.

El momento demanda la capacidad de ajustar nuestras actuaciones a favor de la despolarización, para reducir los daños de este instrumento de destrucción, que es potenciado por el régimen para su propio interés y beneficio, en perjuicio de nuestra oportunidad para derrotar al mal en los próximos eventos electorales que se aproximan. Nos corresponde a cada ciudadano con deseos de libertad, convertirnos en la vacuna para eliminar las efectos de la contagiosa y devastadora pandemia del autoritarismo.

Para millones de venezolanos dentro y fuera del país, María Corina Machado encarna nuestras esperanzas para lograr el ansiado cambio, otros venezolanos tienen otras preferencias, con todo su derecho. La primaria del 22 de octubre, es el instrumento para dirimir nuestras diferencias, y ampliar la base de unidad ciudadana, además representa la gran oportunidad para edificar la mas poderosa fuerza civil necesaria para enfrentar exitosamente los retos que nos depara el futuro.

La unidad se construye en base a objetivos comunes, no a través de la imposición de intereses. Yo, voy con María Corina hasta el final, respetando el derecho de cada quien de llegar hasta donde quiera, o hasta donde pueda.

Que Dios nos guíe y bendiga en este camino hacia la recuperación de nuestra amada Venezuela.